miércoles, 12 de septiembre de 2007

xx.- "El supermercado de la fe"

Diario de Ana.
CREER EN DIOS.
02.02.00.01. El supermercado de la fe.


Enterrar mis caprichos en la fecunda tierra del amor.

Mi hija, amigo Carlos, le escribió Gonzalo, uno de sus compañeros de Colegio y su amigo del alma durante su adolescencia y aun hoy, mi hija Conchi se ha hecho un dios a su medida. Cree que la fe es un supermercado en que se entra por la puerta del bautismo o por la falsa de “declararse creyente” sin más, y cogido el carrito se va llenando de lo que nos apetece o viene bien a nuestros deseos o manera de vivir.
Esto me conviene o me gusta. Lo echo en el carro, Esto no va con mi modo de vivir o con mis patencias o no encaja en mis esquemas, lo dejo en las estanterías para otros. Yo paso.
Y así va haciendo a su Dios, Pequeñito, a su medida. No es ella la que se adapta a Dios, haciéndose a su imagen, la imagen de Dios y semejanza, la semejanza de Dios.
Es su dios el que lo va haciendo a su imagen, la de ella, y semejanza, la de sus deseos.
Y le ha salido un dios, mediocre, limitado, parcial y a conveniencia.
Lee el Evangelio a acepta al Jesús que está a su favor pero rechaza el Jesús que le limita sus libertades, las de sus deseos, caprichos o veleidades, las de sus apetencias y sexo desbordado, las que pone limites a su voluntad que ella basa en su propia razón y descubrimientos.

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