miércoles, 12 de septiembre de 2007

xx.- "Cristo es formidable" a sutituir

Diario de Ana.
Jesús y su mensaje a la pareja de hoy.
El Buen Pastor. Cómo es Jesús.

“Cristo es formidable. Cristo es maravilloso.” Este fue el resumen de Boro, un chico de dieciséis años, tras una charla sobre Jesús y su compromiso con nosotros.
Ayer tratamos el tema del Buen Pastor. Desde luego cuando se desmenuza el Evangelio y se va viendo cómo era Jesús, te quedas admirada. ¡Sí, Jesús es formidable, Cristo es maravilloso! Qué delicadeza, qué atención a cada persona, qué cariño y qué detalles. El es Pastor, pero como dijo Pedro, El es el BUEN Pastor. El entra por la Puerta de nuestro corazón. El ladrón y salteador entra en nuestra mente y en nuestros deseos con engaños y mentiras, y no entra por la puerta de nuestro redil.
A cada oveja la llama por su nombre, una a una. Me conoce personalmente, a mí, Ana. Va delante de mí saliendo del redil y me lleva a verdes praderas dónde me hace reposar entre abundante pasto. Y me deja entrar y salir, - no coarta ni un ápice mi libertad, - y yo le sigo porque conozco su voz Y El conoce y conoce mi voz.
Mis virtudes, mis cosas buenas, las menos buenas, mis debilidades, - añadió Mónica con su peculiar gracia, - mis pensamientos, mis deseos, mis apetencias, mis flaquezas, mis alegrías, mis ilusiones, hasta la última brizna de mi pensar, querer y amar. Soy un cristal totalmente transparente para El y nada se le oculta. El está ahí presente amoroso, anhelante de que yo de un pequeño paso humano hacia El, para El dar un paso de gigante, de Dios, hacia mí.
Yo soy el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas, por mí, por todos, para que tengan vida, vida humana en plenitud del amor, vida de pareja en la plenitud de la entrega, vida cristiana en la plenitud del Espíritu.
Conoce mi voz, me llama por mi nombre y me deja libre, totalmente libre para entrar o salir del rebaño y del redil. ¡Cómo es Jesús, qué delicadeza, qué respeto a la libertad que me dio, como un don que me asemeja a Dios!
Si en una escapada me hiero en el espino de un zarzal, me clavo la púa de la cerca y levanto hacia El, sólo en un gesto, una mirada o mi voz dolorida, allí está, me coge amorosamente, me limpia la herida y poniéndome en sus hombros me lleva de vuelta alegre al redil. Y además se alegra más que si nunca me hubiera escapado por la puerta abierta. ¡Cómo seguir! Este es Jesús, mi Dios, mi amado, mi Señor, mi hermano, mi Salvador, la vida de mi alma, la fuerza de mi espíritu, que con su Sangre me rescata a la vida me hace hija de Dios. Isabela dijo entonces algo precioso: que ella ha sentido muchas veces la tentación de salir del redil y correr sus aventuras. Y que nunca ha sentido mayor felicidad, que cuando agazapada y herida, detrás de unos matojos, balando de soledad y angustia, de vaciedad y hasta de miedo, ha sentido su mano suave acariciar las fibras más íntima de su corazón.
Luego fueron saliendo frases del Evangelio en que Jesús se describe a si mismo,o le describen los Evangelistas. La lista es tan interminable que será el tema de otra reunión otro día.
Sólo quiero terminar con una frase de la propia boca del Señor: “nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.” Yo soy el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. La dio por mí. Por todos.
Gracias, Señor Jesús, gracias.
Yo sé que tu me amas. Enséñame a amarte con tu mismo amor.
Buenas noches, José Carlos. Que estupendo fue y cómo al salir de la reunión compartimos juntos el amor del Señor cuando nos despedimos con un Padre Nuestro y un beso fuerte con inmenso amor.

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